
No me mires que me matas.
Mírame que te quiero.
No me mires que me azoras.
Mírame que tengo miedo.
Si no tienes siquiera un año
tu mirada limpia e inocente,
por qué me hace tanto daño
por qué es tan inquietante.
Papá , ¿por qué estoy aquí?,
no temas que yo te cuido.
Y díme ¿por qué nací?,
tranquila que estoy contigo.
Y ese temor a tu mirada
quizás sea otra cosa.
Que el niño que tengo dentro,
todavía sigue gritando..
¡Estoy sólo, tengo miedo!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario