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Ambas situaciones tienen un aspecto común, la confusión del análisis político con la realidad. Muchas veces (la gran mayoría) al observar la sociedad con el fin de obtener conclusiones políticas, se obtienen los más peregrinos y desviados resultados, debido a la difracción que se produce en la toma de datos, resultado de la obcecación en convertir nuestros deseos en realidad.
En Galicia, la coalición gobernante olvidó que ninguno de los dos partidos fue el más votado en las anteriores elecciones, lo fue el PP, y éste no alcanzó la mayoría absoluta por 8.000 votos. Olvidó que los votantes del PP seguían ahí, como desde 1989 y que excepto en las elecciones de ese año nunca bajaron de los 750.000 sufragios. No supo entender que tenía 4 años para convencer a alguno de esos 750.000 que eran el mejor gobierno y se dejo aturdir por la “realidad” de que los casos de corrupción anunciaban la debacle del PP.
Por último. La alta participación beneficia a la izquierda…
Estridentes clarines y campanas al vuelo anuncian la alternancia en Ajuria Enea. Pero la alternancia ¿sólo será en el Gobierno o será real?, ¿se produce la alternancia en la sociedad vasca?. Gracias a ese instrumento perfecto que es la Ley de Partidos, sobre todo para ocultar realidades, nos encontramos con la falacia de que es probable que se produzca un cambio en el gobierno de Euzkadi, pero no reflejará la composición REAL de su sociedad.
UPD se regocija de que desde su exigua posición es capaz de incidir de forma decisiva en la formación de gobierno, ¡vamos! la misma situación que a nivel nacional denunciaban sobre los partidos “nacionalistas”. Cosas de la realidad.
Alimentaremos pues durante 4 años la ilusión de que algo ha cambiado y mantendremos las anteojeras bien firmes no sea que cometamos el error de atisbar la REALIDAD.
Enhorabuena.