jueves, 7 de mayo de 2009

Realidades o deseos

Hace algunas semanas escribí estas reflexiones. Hoy, día en el que Patxi López jura como lehendakari del Gobierno Vasco, creo que merece la pena releerlas.

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El pasado 1 de Marzo se han celebrado elecciones a las Parlamentos Autónomos de Galicia y País Vasco. En Galicia el PP vuelve al gobierno y en el País Vasco la opinión escrita en general, PP y PSOE se regocijan ante el inminente “vuelco” político en este territorio, y UPD, ni más ni menos, se proclama la “llave” de gobierno en Euskadi.

Ambas situaciones tienen un aspecto común, la confusión del análisis político con la realidad. Muchas veces (la gran mayoría) al observar la sociedad con el fin de obtener conclusiones políticas, se obtienen los más peregrinos y desviados resultados, debido a la difracción que se produce en la toma de datos, resultado de la obcecación en convertir nuestros deseos en realidad.

En Galicia, la coalición gobernante olvidó que ninguno de los dos partidos fue el más votado en las anteriores elecciones, lo fue el PP, y éste no alcanzó la mayoría absoluta por 8.000 votos. Olvidó que los votantes del PP seguían ahí, como desde 1989 y que excepto en las elecciones de ese año nunca bajaron de los 750.000 sufragios. No supo entender que tenía 4 años para convencer a alguno de esos 750.000 que eran el mejor gobierno y se dejo aturdir por la “realidad” de que los casos de corrupción anunciaban la debacle del PP.

Por último. La alta participación beneficia a la izquierda…

Estridentes clarines y campanas al vuelo anuncian la alternancia en Ajuria Enea. Pero la alternancia ¿sólo será en el Gobierno o será real?, ¿se produce la alternancia en la sociedad vasca?. Gracias a ese instrumento perfecto que es la Ley de Partidos, sobre todo para ocultar realidades, nos encontramos con la falacia de que es probable que se produzca un cambio en el gobierno de Euzkadi, pero no reflejará la composición REAL de su sociedad.

UPD se regocija de que desde su exigua posición es capaz de incidir de forma decisiva en la formación de gobierno, ¡vamos! la misma situación que a nivel nacional denunciaban sobre los partidos “nacionalistas”. Cosas de la realidad.

Alimentaremos pues durante 4 años la ilusión de que algo ha cambiado y mantendremos las anteojeras bien firmes no sea que cometamos el error de atisbar la REALIDAD.

Enhorabuena.

martes, 5 de mayo de 2009

Las Antípodas

Todo tiene su por qué. Y las cosas cuando se explican se entienden mejor. La foto que encabeza el blog , tiene ese aire romántico de las marinas inglesas, ambiente brumoso con horizonte indefinido, el color pardo del pasto y el vívido contraste de las franjas rojas y blancas del faro contra el acantilado. Podría ser la costa de Cornualles o cualquier punto del mar de Irlanda.
Pero no, yo la he elegido porque es la costa de “Albanta”. Sí, ese país que resulta ser totalmente opuesto al que vivimos, ya nos lo decía Aute .

Yo se que allí
allí donde tu dices,
no existen hombres que mandan
porque no existen fantasmas
y amar es la flor
más perfecta que crece en tu jardín
Que aquí, ya tú lo ves,
es Albanta al revés...

Así pues las antípodas de esta vida que llevamos se encuentra en Albanta al igual que el faro de cabo Palliser (Nueva Zelanda), sí, es el de la foto, está exactamente en las antípodas de Valladolid.

Cosas de la geografía.

Casi un año

Sin escribir, que no sin vivir. Uno no sabe por qué escribe o por qué no. Hoy me ha hecho escribir lo que copio a continuación. Es de Rosa Montero. Su marido murió el pasado Domingo


Una vida

Un cabrilleo de agua y sol en el mar, o quizá en una piscina. El cuerpo caliente y esponjoso como pan recién hecho.

Sombras en la noche, una pesadilla. Las manos de tu madre encendiendo el mundo, disolviendo los monstruos. Ordenando las cosas.

Carreras jadeantes, frenéticas risas, juegos de niñez en patios retumbantes.

Melancolía aguda de lo aún no vivido. Intuición adolescente del resto de tu vida. Deliciosa tristeza.

La carne, un tesoro. El vertiginoso misterio de los cuerpos. El amor estallando como una supernova y dejándote ciego.

Y también el desamor: un agujero

Una noche de agosto en pleno campo, un alboroto de cigarras, una luna llena de color naranja que parece el decorado de un teatrillo japonés, el tiempo por una vez piadosamente detenido. La plenitud, que siempre es sencilla.

Mirar a un amigo, mirar a tu amante y ver en sus ojos el pasado común. Contemplarte en los otros como un espejo.

La serenidad que llega tras las lágrimas. Y también todas las risas compartidas, los momentos de juego, las carcajadas dichosas.

Todos los libros leídos, las músicas gozadas, los besos recibidos. Y una conversación una tarde de invierno comiendo chocolate frente a la chimenea.

La alegría de vivir. Y la fugaz y espléndida belleza.

Una noche de angustia. Intuición de la muerte. Una mano en la tuya. La cama es una balsa en mitad del naufragio.

Una novela leída al lado del lecho de un enfermo mientras llueve.

Torbellinos de polvo en un rayo de sol, un universo ínfimo.

Un cabrilleo de agua. El último chispazo.

Esta poca cosa o esta enormidad, es una vida.